TIJERAS ESCONDIDAS

Os dejo el artículo de opinión publicado en Madridiario, un saludo:

Si criticamos, criticamos todos. Así de simple y de claro. No es que me guste contribuir a ensuciar más el panorama de actualidad, ya que las aguas están bastante revueltas con las noticias de los últimos días. Pero me fastidia enormemente, que de la sensación de que en este país existen “mirlos blancos” que no han roto un plato en su vida.

Me refiero para ser “nítida”, a lo que está haciendo la Comunidad de Madrid y su política de “tijeras indiscriminadas en lo social”. Parece que aquí las responsabilidades son siempre de otros, que los dedos deben señalar siempre en dirección a La Moncloa, o que el Estado es solo responsabilidad de unos pocos, cuando precisamente, las Comunidades Autónomas tienen la enorme capacidad de influir en lo más amplio y a su vez, en lo más cotidiano de las personas.

Cada uno con lo suyo, las responsabilidades son las que son, pero me preocupa que la Comunidad de Madrid esté gastando, por un lado 2 millones de euros en propaganda para los colegios bilingües y por otro, esté retirando las rutas escolares, impidiendo el Derecho a la Educación de cientos de niños madrileños, que no tienen un colegio en la puerta de su casa, alegando que ya no existirá financiación para dicho servicio.

Esto afecta a personas con nombre y apellidos, que por ejemplo en el Barrio del Aeropuerto en el Distrito de Barajas, tendrán que pelear con la Comunidad, con el Ayuntamiento y con quien haga falta, para que sus hijos, puedan ir de forma segura a clase, y se pueda cumplir así su Derecho Constitucional fundamental.

Quizás las personas que llevan a cabo estas medidas, nunca han paseado por el Barrio del Aeropuerto, nunca han pisado el camino que conduce a los niños al colegio, pero quizás, peor aún, nunca lo hagan, pues da la sensación de que no les importa. Interesa más señalar con el dedo en otra dirección, interesa más gastar dinero en publicidad, interesa más olvidar las necesidades cotidianas, que en definitiva son las que nos marcan el día a día.

Así pues, a pesar de los grandes titulares, a pesar de las grandes noticias y de los numerosos “ríos revueltos”, hagamos política de lo pequeño, entendamos la influencia de las pequeñas cosas, escuchemos la particularidad de lo necesario, pues es la única forma de ser justos con la realidad, para que las “tijeras escondidas” de algunos, no se lancen como dardos hacia la cabeza de otros y pasen totalmente desapercibidas a pesar de ser terriblemente dolorosas.

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