¡PARTICIPA!
Cada uno tenemos nuestras responsabilidades y las afrontamos de diferente manera. Pero si algo tengo interiorizado es que la política municipal, la más cercana al ciudadano, es desde mi punto de vista, la más vocacional. Debe gustarte, debe sentirse, debe apasionar, aunque con cierta mesura, para no estar en un disgusto continuo. Es un servicio público cercano y sensible a los problemas de los demás, y como tal debemos vivirlo y defenderlo.
Por este motivo, me duele especialmente cuando existe gran impunidad ante las mentiras, cuando se tergiversan los hechos, o cuando sencillamente se impone una realidad que no existe en la dinámica política. Es cierto, que en mayor o menor medida, parece que gobierno y oposición, están a priori, condenados al enfrentamiento y a la confrontación, pero esto no debe significar una “barra libre a las barbaridades”.
Por ello, es especialmente importante la participación ciudadana, la atenta mirada que sea capaz de comprobar de cerca lo que ocurre fielmente. Y en esto, Gallardón, ha hecho una apuesta fuerte por desinformar, por obstaculizar y por impedir contrastar la información a los madrileños. Algo que no es muy diferente para Aguirre, que ha sido capaz de desmantelar la participación ciudadana como el Consejo de la Juventud y el de la Mujer, sin ningún pudor.
Las personas que están implicadas en entidades ciudadanas y que por tanto participan y luchan por hacer una labor útil y aportar algo a nuestra sociedad, no encuentran el respaldo suficiente. Y además, a las dificultades ya conocidas, hemos tenido que sumar nuevos órdagos a la desinformación, nuevas estrategias, que impiden la participación en sus diferentes formas.
Plenos en horario de comida, confusión ante la convocatoria de subvenciones a entidades que trabajan todos los temas sociales, que no se convocan y que pueden conllevar el cierre social y la extinción del valor añadido de muchos ciudadanos comprometidos, o la obstaculización continua de la información y escasa transparencia, hacen que al final vayamos añadiendo más velitas a esta tarta que empacha demasiado y que cansa a muchísima gente que puede tener la tentación de quedarse en su casa, viendo pasar el mundo y las injusticias por delante de la ventana, teniendo la sensación de que no se puede hacer nada.
Por este motivo, quiero agradecer el valor que aportan a nuestra sociedad todas esas personas que pelean cada día. Esas personas que hacen para los que creemos en la política municipal, que ésta sea cercana de verdad y sea fiel a la realidad, que sea un enlace con las ideas que nunca debemos perder, que sea “los pies en la tierra” que necesitamos continuamente. Organizaciones juveniles que trabajan por un proyecto transversal para los jóvenes, asociaciones que no dejan de pelear por lo que consideran justo y básico como sus propias viviendas, entidades que defienden medidas para cambiar las afecciones medioambientales contra las que luchan cada día. Entes repletos de gente buena que te reconcilia cada vez que haces balance con lo que ha acontecido. Algunos aún esperan respuesta a sus inquietudes legítimas, y la política debe ser la herramienta para que lo consigan y no lo tengan aún más difícil.
PUBLICADO EN www.madridiario.es
Por este motivo, me duele especialmente cuando existe gran impunidad ante las mentiras, cuando se tergiversan los hechos, o cuando sencillamente se impone una realidad que no existe en la dinámica política. Es cierto, que en mayor o menor medida, parece que gobierno y oposición, están a priori, condenados al enfrentamiento y a la confrontación, pero esto no debe significar una “barra libre a las barbaridades”.
Por ello, es especialmente importante la participación ciudadana, la atenta mirada que sea capaz de comprobar de cerca lo que ocurre fielmente. Y en esto, Gallardón, ha hecho una apuesta fuerte por desinformar, por obstaculizar y por impedir contrastar la información a los madrileños. Algo que no es muy diferente para Aguirre, que ha sido capaz de desmantelar la participación ciudadana como el Consejo de la Juventud y el de la Mujer, sin ningún pudor.
Las personas que están implicadas en entidades ciudadanas y que por tanto participan y luchan por hacer una labor útil y aportar algo a nuestra sociedad, no encuentran el respaldo suficiente. Y además, a las dificultades ya conocidas, hemos tenido que sumar nuevos órdagos a la desinformación, nuevas estrategias, que impiden la participación en sus diferentes formas.
Plenos en horario de comida, confusión ante la convocatoria de subvenciones a entidades que trabajan todos los temas sociales, que no se convocan y que pueden conllevar el cierre social y la extinción del valor añadido de muchos ciudadanos comprometidos, o la obstaculización continua de la información y escasa transparencia, hacen que al final vayamos añadiendo más velitas a esta tarta que empacha demasiado y que cansa a muchísima gente que puede tener la tentación de quedarse en su casa, viendo pasar el mundo y las injusticias por delante de la ventana, teniendo la sensación de que no se puede hacer nada.
Por este motivo, quiero agradecer el valor que aportan a nuestra sociedad todas esas personas que pelean cada día. Esas personas que hacen para los que creemos en la política municipal, que ésta sea cercana de verdad y sea fiel a la realidad, que sea un enlace con las ideas que nunca debemos perder, que sea “los pies en la tierra” que necesitamos continuamente. Organizaciones juveniles que trabajan por un proyecto transversal para los jóvenes, asociaciones que no dejan de pelear por lo que consideran justo y básico como sus propias viviendas, entidades que defienden medidas para cambiar las afecciones medioambientales contra las que luchan cada día. Entes repletos de gente buena que te reconcilia cada vez que haces balance con lo que ha acontecido. Algunos aún esperan respuesta a sus inquietudes legítimas, y la política debe ser la herramienta para que lo consigan y no lo tengan aún más difícil.
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